¿Qué es un Storyteller?

Es un incansable "contador de cuentos". Alguien que siempre encuentra en el blur de la mente una historia propia o prestada. Alguien que puede ser muy encantador (in that indescriptible way of being charming), o agotadoramente hablador... you tell me!

lunes, 1 de marzo de 2010

El país de las mandarinas podridas


¿Por qué las mandarinas tienen tan mal marketing? Por qué, si son tan ricas, vienen en gajitos para comerlas sin tener que hacer ningún esfuerzo... como si la naturaleza las hubiera preparado para que uno las tome y solo tenga que consumirlas. Así, simples, y hasta jugando con la perfección de sus formas.

La idea quedó en el aire, y sin reparar en momentos meditativos al respecto (porque era tan obvio que no necesitaba ser pensado) las respuestas surgieron solas. Las fuimos hilando, consensuando y llegamos finalmente a la conclusión que da nombre a este pequeño y humildísimo intento de ensayo.

Las mandarinas tienen mal marketing porque son frutas que desde siempre (el siempre claramente refiere hasta donde llegamos a recordar) crecieron casi como yuyos. Es decir, no había que dedicar demasiados cuidados –ninguno de hecho – para su crecimiento y pleno desarrollo en los árboles que por estas latitudes se dan con extrema facilidad.

Las mandarinas tienen mal marketing porque llegan al mercado con esa connotación a cuestas: como algo que no necesita cuidado, que no “cuesta” en su proceso, y se ofrece con la más generosa de sus cualidades sin pretender más que ser elegidas por alguien. Y este siniestro mercado se maneja ineludiblemente por la ley de la oferta y la demanda. A mayor oferta, menor valor de producto. Simple, matemático, espantoso.

Espantoso sobre todo porque, como en este caso, desestima la esencia de una fruta tan magnífica en su concepción, como deliciosa en su sabor.

Y si vamos un poquito más lejos, el ejemplo de las mandarinas es perfecto para describir a nuestra sociedad: siempre se valora más lo que cuesta. Trabajo, esfuerzo, o simplemente lo que cuesta por su valor agregado (que quién sabe quién lo asignó y por qué).

Y más aun, los individuos son valorados por su inaccesibilidad, no por lo contrario... cuando debería ser exactamente al revés. ¿O acaso no es mucho más placentero disfrutar de la compañía de personas abiertas, honestas, sin juegos, trampas y ningún arma humeante escondida en el bolsillo? ¿No son mucho más ricas las mandarinas que las tunas?

Así llegamos a la infeliz conclusión: vivimos en un país de mandarinas podridas. Porque al ser baratas y contar con tan mal marketing, la mayoría se retrae frente a ellas en las góndolas o en las verdulerías. Y las dejan ser, las dejan esperando hasta que sus gajos se secan y se pudren.

Si valorásemos lo bueno más allá del packaging, si adjudicásemos a las cosas y a las personas su valor real (medido por su esencia y no por su marketing personal), si actuásemos conforme nuestras propias creencias y no guiados por el mandato social y el deber ser, las mandarinas no se pudrirían en sus cajones. Y seguramente todos, viviríamos más relajados comiendo sus gajitos perfectos y jugosos. Pelando la próxima para nuestros amigos y disfrutando de cada uno como se lo merece, con verdadero respeto. ¿Y la cáscara?... ese es otro cuento. Y después de todo, hay algo o alguien perfecto en este mundo?

miércoles, 24 de febrero de 2010

Regreso

Hace casi dos años de mi última publicación en este blog.

Fueron momentos difíciles, y ciertamente no tuve ganas de seguir escribiendo mi blog.
La buena noticia es que "todo pasa", y acá estoy, volviendo a ser quien siempre fui: Una "contadora de cuentos" (si, si, aunque esté mal empleada la palabra, así lo quiero definir).
Entonces, a partir de hoy y con continuidad, va a haber un poco de todo. Relatos graciosos, tristes, irónicos, verdaderos y absolutamente ficticios. Va a haber mucho para contar!

domingo, 16 de marzo de 2008

Este es un cuento de princesas, torres y príncipes encantados (?)


Era invierno en la ciudad del Viejo Continente. Llovía incesantemente y los días se apagaban alrededor de las cinco de la tarde.

La princesa vivía en su torre, un poco por elección, otro porque la realidad casi la inducía a hacerlo. Habían expirado ya los tres meses de su visa turística y se encontraba “ilegal” en este país del viejo mundo. No podía trabajar ni tener actividades que la expusieran a las autoridades (que ahora están bastante más rígidas de lo que muchos piensan), y conocía el paraje de memoria. La lluvia y los días tan cortos no ayudaban.

La princesa, de todos modos, vivía contenta en su torre. En este palacio del S. XII, en el último piso (como toda princesa que se precie de tal, encerrada en una torre) con las comodidades del caso: calefacción central, Notebook, LCD de mil pulgadas, DVD y todos los aparatos electrónicos existentes en este planeta, incluido un “lavaplatos”, invento maravilloso si los hay.

Pero la princesa no era feliz, porque las princesas de los cuentos siempre están tristes. Vivía con el príncipe que la había rescatado del terrible mounstro de la decepción de un antiguo amor desencantado. La había recuperado de las garras del dolor y la había cobijado en su palacio, que sin querer se había transformado con el correr del tiempo, en su torre.

Y aquí es donde entiendo por qué los cuentos de princesas terminan en el momento del rescate, y su final se limita aun ambiguo “y vivieron felices por siempre”. Porque nadie se atreve a contar el después. Pero yo sí, y aquí va:

El príncipe intentaba complacerla de todas las maneras posibles, le cocinaba, la llevaba a muestras de arte, al cine, a la casa de sus amigos y de sus padres. Ella estaba encantada con tantas atenciones, y de hecho, sentía que su día comenzada cuando el sol se ponía y llegaba su príncipe a casa, después de un día de trabajo. Ese mágico momento donde todo cobraba sentido, justificaba los interminables días en la torre.

Y el tiempo seguía pasando entre trámites burocráticos que no se movían en sus oficinas públicas, esperanzas de un permiso que nunca llegaba y discusiones acerca del futuro.

Un día decidieron que lo mejor era que la princesa abandonara la torre para retornar a sus lejanas tierras al otro lado del mundo. Ese lugar donde sus familiares y amigos iban a devolverle la sonrisa constante, que por ese tiempo se había convertido casi en una mueca. El príncipe, por segunda vez, la rescataría poco después. Viajaría a los confines del mundo a buscarla.

Y así fue como emprendió el camino de regreso a casa. Con el corazón hinchado de tantas ilusiones, con la alegría de ver a su gente y disfrutar del sol y el verano de aquellas lejanas tierras.

El mes se les escapó de las manos como si fuese arena, como siempre sucede cuando todo parece perfecto.

Y el príncipe llegó un mes más tarde como lo había prometido. Pero al día siguiente, le declaró a la princesa que “estaba confundido”, que no podía llevarla de regreso al viejo mundo, porque “no estaba en condiciones de asumir semejante responsabilidad”.

La princesa no daba crédito a lo que escuchaba. Parecía una broma cínica y de pésimo gusto. Pero era verdad... Luego de unas horas de justificaciones, excusas y disculpas, ella no pudo menos que aceptar la realidad.

Y así, la princesa era libre otra vez de su torre. Pero esta vez, solo para ser devuelta a las garras afiladas de una desilusión más grande. El mounstro se había magnificado. Pero ahora la princesa estaba en su tierra, y tenía armas para desafiar al dragón. Y así lo hizo. Porque las princesas de hoy no necesitan príncipes que las rescaten (solo porque parecería que los verdaderos príncipes no existen). Ahora ellas se rescatan solas, y siguen adelante con su vida, libres de torres, príncipes encantadores, pero desencantados y dragones que se desvanecen frente a la determinación.

jueves, 31 de enero de 2008

Preview

Esta es una de mis favoritas: una fontana que está al frente del Pantheon. No sé por qué, pero me encanta esta foto un tanto creepy!


Circo Massimo: Donde se hacían carreras y luchas sangrientas en general...



Fotitossssss.... Esta es mi calle... egocéntrica yo???

miércoles, 30 de enero de 2008

reivindicación

Después de 4 meses en Roma, en los que dejé abandonado mi blog... porque aunque no lo crean, allá el sistema más moderno de conexión es ADSL, vuelvo a plenooooo!!!!!!!
En los próximos post, prometo cuentos, fotos, relatos del viaje... en fin, Ms. Storyteller is back!
E adesso parla anche italiano!!!!
baci a tutti!!!

jueves, 9 de agosto de 2007

y cuando ya parecía que lo había abandonado...



Aca toy!!! Empezando un nuevo año de mi vida. Empezando (literalmente) de cero, una nueva vida.
Dicen que uno muere y nace miles de veces en su paso por esta tierra, y es una gran verdad. Acabo de constatarlo con la mayor crudeza. Morí, sufrí, lloré mi muerte, y ahora volví a nacer.
Sigo siendo Julia, un año más vieja en términos cronológicos (de los cuales solo me hago cargo porque me encanta festejar!!!), y con la misma niña de siempre que no me abandona, y no me va a abandonar!
Aca toy!!! Para volver a contar cuentos como todo Storyteller debe hacer.
Feliz Nacimiento para mi!!!!

jueves, 31 de mayo de 2007

Rapture


Due to "many mistakes" in the grammar, not to mention others, Rapture is being fixed. But it will be back as soon as I can manage to make it better...
Sorry... my writing is not good anymore... but I'll be back!